Saturno y sus anillos
El planeta Saturno es el segundo más grande del Sistema Solar y el único con anillos visibles desde la Tierra. Se ve claramente achatado por los polos a causa de la rápida rotación.
Que se observa en Saturno
Es el astro con más observadores y aficionados en los telescopios y con razón, su principal atractivo son los anillos o aros que rodean a este imponente gigante del firmamento. En Saturno se observa Titan, la luna más grande de este planeta, mientras el observador disfruta viendo a Saturno, escuchará por parte del asesor, las características del planeta, como: “Se observa el astro como un ojo en miniatura, ¿si? ese es el planeta Saturno que se encuentra a 1280 millones de kilómetros, a una hora y media luz de distancia, es el sexto planeta después de Mercurio, Venus, Tierra, Marte y Júpiter y es el segundo más grande del Sistema Solar después de Júpiter, equivale a 800 veces más grande que La Tierra Si observa una estrellita al lado de Saturno ese es Titan, la luna más grande de Saturno. Los anillos están formados por asteroides capturados por la gravedad del planeta, y se va saliendo de la lente por la rotación de la Tierra”. El Tiempo de observación es libre para cada observador (a), pueden disfrutar el tiempo que deseen, para eso pagan para ver.
Características
Es el planeta de los anillos, sin duda es el más representativo por su maravillosa belleza que posee, es uno de los cuatro gigantes gaseosos, todos ellos planetas con anillos, aunque los de Saturno son más grandes y brillantes. Antes de que se inventara el telescopio era el planeta conocido más lejano.
Tiene un núcleo rocoso rodeado por hidrógeno, con un poco
de helio y metano. Irradia más calor del que recibe del Sol, lo mismo que
ocurre con los gigantes Júpiter y Neptuno. El color amarillento de las nubes
tiene bandas de otros colores, como Júpiter, pero no tan marcadas. Cerca del
ecuador de Saturno el viento sopla a más de 450 Km/h.
Datos de Saturno
Saturno tiene un tamaño de 58.232 km. en radio ecuatorial, su distancia desde el Sol, es de 1.426.725.400 km. Un día de Saturno son de 10 horas y 23 minutos, bastante rápido en su eje, el año si es tiempo largo, que equivale a 29 años y 6 meses casi tres décadas de la Tierra. La temperatura de este planeta es de -139 º C, muy frio, la gravedad es casi igual a la terrestre de 9,1 m/s2, la de la Tierra es de 9,78 m/s2. Es el único planeta del Sistema Solar que tiene una densidad menor que el agua, si Saturno cayera
a un mar, más grande que el planeta quedaría flotando.
Los anillos de Saturno
Galileo observó por primera vez los anillos en 1610, pero los bautizó como “orejas” porque no se diferenciaba los anillos como tal, ya que su telescopio era todavía rudimentario. En 1659 Christiaan Huygens, con un telescopio mejorado, los observó claramente y sin dudas. Tuvieron que pasar dos siglos hasta que, en 1859, James Clerk Maxwell demostró matemáticamente que los anillos de Saturno estaban formados por partículas. Hasta entonces se creía que eran sólidos.
Los anillos le dan a Saturno un aspecto muy bonito. Tiene
dos brillantes, A y B, y uno más suave, el C. Entre ellos hay aberturas. La
mayor es la División de Cassini. Cada anillo principal está formado por muchos
anillos estrechos. Su composición es dudosa, pero sabemos que contienen agua.
Podrían ser icebergs o bolas de nieve, mezcladas con polvo.
En 1850, el astrónomo Edouard Roche estudiaba el efecto de
la gravedad de los planetas sobre sus satélites, y calculó que cualquier
materia situada a menos de 2,44 veces el radio del planeta no se podría
aglutinar para formar un cuerpo, y, si ya era un cuerpo, se rompería.
El anillo interior de Saturno, C, está a 1,28 veces el
radio, y el exterior, el A, a 2,27. Los dos están dentro del límite de Roche,
pero su origen todavía no se ha determinado. Con la materia que contienen se
podría formar una esfera de un tamaño parecido al de la Luna.
De que están formados los anillos de Saturno
La fina estructura de los anillos se atribuyó en principio a la fuerza de gravedad de los satélites cercanos, en combinación con la fuerza centrífuga que genera la propia rotación de Saturno. Sin embargo, las sondas Voyager descubrieron estructuras oscuras que no se podían ser explicadas así. Estas estructuras rotan sobre los anillos a la misma velocidad que la magnetosfera del planeta, por lo que podrían interactuar con su campo magnético.
Las partículas que forman los anillos de Saturno tienen
tamaños que van desde la medida microscópica hasta trozos como una casa. Con el
tiempo, van recogiendo restos de cometas y asteroides. Una buena parte del
material que los forma es hielo. Si fuesen muy viejos, estarían oscuros por la
acumulación de polvo. El hecho que sean brillantes indica que son jóvenes.
En 2006 la nave Cassini descubrió un nuevo anillo mientras
viajaba por el lado contrario al Sol, en la sombra de Saturno. La ocultación
solar permitió detectar partículas que no suelen ser visibles. El anillo,
situado entre los F y G, coincide con las órbitas de Jano y Epimeteo, dos
satélites que casi comparten sus órbitas y periódicamente las intercambian.
Quizás los impactos de meteoros en esas lunas estén aportando las partículas
que forman el anillo.
Como se formaron los anillos
De hecho, todos los anillos podrían haberse formado a partir de satélites que sufrieron impactos de cometas y meteoroides. En 2017 la sonda Cassini pasó entre Saturno y su anillo más cercano, situado a unos 2000 km. Esta nave es, de momento, una de las más importantes fuentes de datos e imágenes del planeta. Sin embargo, cuatrocientos años después de su descubrimiento, los impresionantes anillos de Saturno siguen envueltos en el misterio.
De donde proviene el nombre de Saturno
El nombre del planeta proviene del dios romano de la agricultura, Saturno, padre de Júpiter. Su equivalente griego era Cronos, padre de Zeus. Como Saturno se mueve por el cielo tres veces más lento que Júpiter, los astrónomos antiguos le identificaron, naturalmente, con su anciano padre.
Titán
Titán, el mayor satélite de Saturno y el segundo más grande del sistema solar después de Ganímedes, es algo más que un satélite. Se le puede considerar un mini-planeta, con su atmósfera y con muchos procesos meteorológicos que lo asemejan a la Tierra más que ningún otro cuerpo de nuestro sistema planetario.
Una luna fría y cargada de metano
La superficie de Titán soporta una atmósfera con una presión una vez y media la que soportamos los humanos en la Tierra. La composición a nivel de la superficie es mayoritariamente nitrógeno molecular (90%) y aproximadamente un 5% de metano (por encima de 40 km, en la tropopausa, el metano solo representa el 1,4 %).
En diferentes épocas (bien en el equinoccio de otoño, bien
en el equinoccio de primavera) se han observado cómo cirros de etano se
desarrollaban o cómo cumulonimbus crecían entre 14 y 25 km, no llegando nunca a
la altura de la tropopausa (situada a 40 km, aproximadamente).
En la Tierra, estas mismas formaciones superan los 15 km y
llegan hasta los 20 km de altura, muy por encima de la tropopausa terrestre que
está a 6 km en invierno y llega hasta los 8 km en verano.
La pregunta lógica que nos surge es si estos cumulonimbos
de Titán producen lluvias de metano torrenciales. La respuesta científica y muy
cauta es que no hemos tenido la suerte de que las observaciones nos permitan
concluir que sí o que no.
Lluvias con gotas que no tocan el suelo
En abril del 2008 hubo un fenómeno de crecimiento abrupto de cumulonimbos en Titán que pudo dar lugar a lluvias torrenciales, pero el radar de la nave Cassini no tuvo la suerte de poder observar en vivo esa lluvia. De cualquier manera, aunque la lluvia hubiese sido torrencial, gran parte de ella se habría reevaporado ante de llegar al suelo. En resumen, Titán y la Tierra comparten una meteorología muy parecida a grandes rasgos, pero con algunas diferencias.
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